domingo, septiembre 24, 2017

LIVE IN 208: VAN Y EL BLUES

Tomo prestada esta frase de la reseña de su último disco en Allmusic, firmada por Thom Jurek: “Revisita sus raíces sin nostalgia ni manifiesta reverencia. Para él (Van Morrison), estas canciones son tan vitales e importantes como sus propias canciones”
 

Es lo que siento yo también, esto que él transmite, al escuchar el blues penetrante que recorre y empapa casi todo el álbum Roll with the punches (2017). Otro más, otro disco de Van Morrison, así de sopetón, el número treinta y tantos de su infatigable carrera. Diez versiones de temas blues muy de Chicago (Doc Pomus, Count Basie, Mose Allison) y otros cinco nuevos recién compuestos. Música vibrante con la esencia espontánea de una actuación en directo encerrada en el recogimiento de un estudio. Con Van the Man y unos cuantos amigos a los que deja compartir canciones. Otra bienvenida.

En toda su obra el blues tiene un peso bastante dominante, aunque convivan en un mismo álbum aromas folk, brisas jazz, rugidos soul y silbidos célticos. Desde TB sheets hasta Down the road, de Too long in exile a What’s wrong with this picture?, unas veces fiero hasta las entrañas de la canción y otras sutil sobre su piel. Su ADN blues no se manifiesta con tanta simpleza como conectar el piloto automático para cabalgar sobre los ritmos, las estructuras y los mensajes que brotan del blues; creo que el blues, deslizante como un hilo, convierte la obra de Van Morrison en un valioso legado donde todos los géneros se agitan y se entienden para crear una obra, en su conjunto, magistral.

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